Por: José Gregorio Torres
 
El árbol más importante conocido en nuestra región y que es considerado emblema del estado Trujillo es El Bucare, el cual tiene como nombre científico (Erythrina poeppigiana), noble árbol que desde los tiempos de antaño se ha convertido en el protector de las riberas de nuestros ríos y a su vez en el guardián de las grandes crecidas que nuestros principales afluentes que surgen en tiempos de lluvia, convirtiéndose en contenedor de las fuentes corrientes de aguas protegiendo a nuestras comunidades de sus arrolladoras fuerzas naturales. Pero más allá es el entrañable compañero de artesanos, pues parte de su corteza es fuente de material para que las manos creadoras conviertan su suave textura, en obras de arte verdaderamente nobles y de un atractivo impresionante, simuladores de montañas, cerros y cuevas en los pesebres andinos. Pero nada más importante que el valor de su compañía en tiempos en que su florecimiento ha servido como atractivo juego para quienes recordamos de la infancia los desafíos de gallos entre manos que eran la diversión de una época.

Con el tiempo tan prolifera siembra natural en las riberas de nuestros ríos, junto al agua dulce como su misma sombra agradable, se fue convirtiendo en cada pueblo trujillano, en el centenario emblema que cada año nos brindan sus colores rojizos y naranjas, donde en Carache tienen su referencia un sitio llamado El Bucarito, donde han sido prolíficos estos monumentales árboles y los que hoy sufren la más triste persecución por la ambición desmedida de los hombres sin conciencia más que sus instintos equivocados de sobrevivencia, se toman las leyes protectoras de la naturaleza, para emprender el ecocidio más atroz y aberrante sin medida de lo que hacen sin sentir dolor de aquellos árboles que por más de cien años han bordeado nuestro río sirviendo como sostén y alimento a la propia tierra produciendo él pudre rico en alimento para la biodiversidad, donde las aves hacen sus nidos lejos de la mano destructora del hombre. Pero también la sombra fresca para los animales en el fuerte verano.

Escudo de Carache, con El Bucare como símbolo natural de nuestro municipio. Foto: Cortesía.

Pero nada de eso han recordado quienes, a la hora de ambicionar riqueza, se dedican a destruir el árbol, emblema de toda una región y, en particular, en este municipio que lo lleva en su escudo como emblema natural de ancestrales genes. El Bucare hoy es objeto de su peor ataque como si acabar con setenta, ochenta y hasta cien años puede ser delito que no se persigue, que no se condena y por ello la masacre contra esta esencia vegetal cada día es más indiscriminada con la agravante que se hace en las narices de nuestras autoridades, sin excepción, y el pueblo que antes era doliente activo en el frente Ecológico Mínumboc, hoy ni eso se hace eco para condenar está nefasta actitud de quienes olvidaron la estrofa del himno al árbol.» Al árbol debemos solícito amor, jamás olvidemos que es obra de Dios,» y que con nuestra actitud también desafiamos a la naturaleza y con ella al propio creador, pues no somos capaces de quitar vida y tampoco de respetarla. Ojalá las autoridades más temprano que tarde hagan algo. Por salvar lo que queda de nuestros Bucares. Aunque sea decretando su protección como árbol emblema de nuestro pueblo.

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