Por: Pilar Quijada | @agencia_sinc
Tomado de: @biotecnofarucv
La mitad de la población mundial alberga Helicobacter pylori, una bacteria capaz de permanecer en el estómago durante años sin provocar síntomas evidentes. Sin embargo, en casos avanzados, puede causar gastritis, úlceras e incluso cáncer gástrico, el cuarto tipo de cáncer más letal del mundo.
El descubrimiento de esta bacteria cambió por completo la visión médica sobre las enfermedades gástricas. Barry Marshall, uno de los investigadores clave, demostró su papel al ingerir la bacteria y desarrollar gastritis, desmontando la creencia de que estas dolencias estaban relacionadas principalmente con el estrés.
El tratamiento consiste en un combinado de antibióticos que logra erradicar la infección en un 90% de los casos. Sin embargo, la resistencia bacteriana a estos medicamentos es un problema creciente que preocupa a la comunidad médica.
Aunque muchas personas infectadas no presentan síntomas, el riesgo de complicaciones graves hace crucial su detección temprana. Las pruebas diagnósticas más comunes incluyen la prueba de aliento y el test de antígenos en heces.
La infección, que se transmite principalmente por contacto directo, es más común en países con peores condiciones de higiene. La mejora en las prácticas sanitarias y el acceso a tratamientos efectivos son esenciales para controlar esta infección silenciosa.
