Por Ing. Carlos Lozada

En un momento en que el país se encuentra sumido en una compleja situación política, es crucial desviar nuestra atención hacia un tema igualmente alarmante: la crisis de los servicios públicos en Venezuela, con un enfoque particular en la recolección, conducción y disposición de aguas servidas. Este problema ha alcanzado niveles críticos, especialmente en el municipio de Carache, donde el sistema de cloacas se enfrenta a un colapso inminente.

Un sistema de cloacas es esencialmente una red de tuberías y estructuras diseñadas para transportar aguas residuales y desechos de los hogares y negocios hacia plantas de tratamiento o lugares de disposición final. Su correcta función y mantenimiento son vitales para la salud pública y el bienestar ambiental. Sin embargo, en Carache, la falta de inversión en este servicio público ha llevado a una degradación alarmante.

La red de cloacas de Carache data de más de 40 años y está compuesta por materiales obsoletos como tuberías de asbesto. Además, los diámetros no son adecuados para el volumen actual de desechos generados por una población en crecimiento. Existen colectores principales con diámetros que apenas alcanzan las 6 pulgadas, lo que ha resultado en una saturación constante del sistema. Esta situación se agrava por la inadecuada conexión con aguas pluviales, la falta de tanquillas y numerosas contrapendientes que impiden un flujo adecuado.

Un claro ejemplo del colapso del sistema ocurrió recientemente en la avenida Libertad, donde se presentó una emergencia que requirió realizar roturas en la vía para determinar la causa del problema. Una vez identificada, se suspendió temporalmente el servicio de agua para reducir el caudal de aguas negras y facilitar las labores de reparación. Este tipo de medidas son solo soluciones temporales que no abordan el problema subyacente.

La solución definitiva a esta crisis requiere una inversión significativa para sustituir casi por completo la red de cloacas en Carache. Sin embargo, este proceso debe comenzar con la elaboración de un proyecto técnico realizado por expertos que contemple las necesidades actuales y futuras del municipio. Ambos aspectos demandan recursos financieros que exceden el presupuesto municipal actual.

La desatención durante años y la falta de planificación han llevado a que muchos problemas sean atendidos con soluciones improvisadas, lo que solo agrava la situación a largo plazo. Es fundamental que los usuarios también tomen conciencia sobre el uso adecuado del sistema existente; el mal uso solo contribuye al deterioro del servicio.

Reflexionando sobre esta problemática, es evidente que se requiere con urgencia un plan nacional de desarrollo que incluya la adecuación y mejora de los servicios públicos. Ignorar esta necesidad no solo perpetuará las crisis existentes, sino que también podría llevar al colapso definitivo del sistema sanitario del país.

La situación es crítica y demanda acción inmediata; solo así podremos garantizar un futuro más saludable y sostenible para todos los ciudadanos venezolanos.

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