Por Ing. Carlos Lozada

En medio de la crisis que enfrenta Venezuela, es innegable que la mayoría de los venezolanos compartimos desafíos comunes que nos unen más allá de nuestras diferencias ideológicas. En este contexto, es fundamental reconocer que, aunque nuestras posiciones puedan ser diametralmente opuestas, existen puntos de encuentro que deben ser aprovechados. La actual intención de unión entre sectores de izquierda, algunos de los cuales han criticado las desviaciones del chavismo y el autoritarismo del madurismo, es un indicativo claro de que el momento para construir un frente amplio ha llegado.

Este llamado a la unidad no implica la desaparición de las individualidades o la autonomía de las organizaciones. Por el contrario, debemos fomentar un espacio donde cada actor pueda mantener su identidad política mientras se enriquece con la pluralidad de ideas y el debate respetuoso. La diversidad, lejos de ser un obstáculo, puede convertirse en una fortaleza si nos enfocamos en lo que realmente nos une: el respeto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y a la voluntad popular.

La unión en la diversidad debe tener como objetivo primordial la defensa y recuperación de espacios democráticos y de soberanía popular. Esto incluye luchar por los derechos populares que han sido conculcados: desde la liberación de los presos políticos hasta el respeto al debido proceso; desde el salario y los derechos laborales hasta el derecho a una vivienda digna y servicios públicos adecuados. También debemos abogar por los derechos políticos violados y defender nuestras instituciones.

En este sentido, los espacios de encuentro deben servir para incorporar a diversas organizaciones con el fin de alcanzar objetivos comunes. Es esencial compartir un programa mínimo que nazca de las necesidades imperantes del momento actual, manteniendo cada uno su identidad dentro de una estrategia conjunta. Esta colaboración permitirá abordar temas específicos sin renunciar a nuestros principios fundamentales, promoviendo así un diálogo inclusivo donde todas las voces sean escuchadas.

El respeto irrestricto a la Constitución debe ser nuestro hilo conductor. Creer en la unidad significa hacerlo en torno a este principio superior. Nos oponemos a cualquier forma de violencia; no debemos creer en invasiones ni en sanciones externas. Sin embargo, tampoco podemos permitir derivas autoritarias gubernamentales; estas deben ser confrontadas ya que representan nuestro enemigo común.

Desde una posición de centro izquierda, abogamos por una unidad en la diversidad ante los desafíos compartidos. Es nuestra hora como pueblo; es el momento para que todos nos unamos en esta lucha colectiva por un futuro mejor para Venezuela. La historia nos ha enseñado que solo a través del entendimiento mutuo y del respeto por nuestras diferencias podremos avanzar hacia un país más justo y democrático. ¡Es hora de actuar!

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