Por: José Gregorio Torres
El peregrino en todos los tiempos es aquel que reconoce su destino de ser Incansable caminante que solo o en compañía, asume el papel de mensajero, el que transporta con ligera carga el más valioso tesoro que el hombre puede cargar en su mente, en su cuerpo y en su corazón, sus convicciones más allá de su intención es ser el portador de un mensaje que debe ser entregado a tiempo y que el mismo debe ser a su vez recibido por otros mensajeros otros caminantes o peregrinos que permitirán de manera cíclica retornar al lugar de origen el mismo mensaje fortalecido con el conocimiento natural de lo que durante el viaje el peregrino ha aprendido de cada cosa que ve, siente y vive durante el trayecto, así se forja el peregrino así se transmite el mensaje.
Hace 30 años conocí a Isaura Sáez, fue en medio de una celebración muy importante, los 150 años de la población de Cuicas, eran días de relevantes acontecimientos para la historia local, Isaura se preparaba afanosa para mantener limpia la Biblioteca Doña Rosario Montero de Morón, allí colaboraba y se entregaba a atender a quienes llegaban al pueblo, orgullosa de sus personajes, era aún una esponja ávida de aprender, que mejor sitio que ese lugar, la biblioteca o salón de lectura, Rosaura su hermana quien era recuerdo la coordinadora o responsable de esa importante institución, era con Rosaura mayormente mi trato, con ellas y con ese pueblo conviví durante cuatro años en los que vi a Isaura pasearse desde la biblioteca a la iglesia, de la Casa de Los Montero Morón a la suya en Cerro Largo, cuatro cotidianos años sin mayores acontecimientos.
Hoy después de 30 años me encuentro con Isaura, ya ella es otra con los años marcados en su rostro en el que no esconde alegría, pero con su mirada inquieta se sienta para incansablemente desgranar palabra y francés una tras otra sin cansarse, donde el mensaje predominante es la palabra sabía del mensajero, del peregrino fiel a su creencia, pues ella es legionaria, mientras degusta un pan y un jugo se acomoda, para recordarme esos días en su pueblo ratificando sus orígenes de india Kuicas con K, no está su juicio del todo bien, pero así en sus desvaríos, transmite su don de buena gente, Isaura en su actual estado es un espíritu inocente el que seguramente está protegido por la memoria de sus padres ya difuntos y por la familia de Nazareth, a quien le ha servido en sus hermanos porque Rosaura en sus mejores tiempos ha cumplido con sus preceptos. Solo nos resta pedir por ella para que Dios, en su infinita misericordia, la cuide en esos caminos donde en estos días hace tanta falta un mensaje de aliento. Pero con el ejemplo que nos permite la reflexión de ver a Isaura caminando peregrinando por Carache esperando de sí misma la redención y la paz que solo su Creador, y no la ciencia, es capaz de darle.

