Por José Gregorio Torres
Este 28 de julio, sin duda será una fecha histórica la cual tendrá como garantía la masiva participación de los Venezolanos que creemos en la democracia y, por tanto, en el ejercicio del voto; a ello acudiremos todos y cada uno de los venezolanos que sí tenemos memoria y recordamos que este país recibía migrantes y anhelamos es que regresen nuestros familiares. Además, quienes ya conformamos la tercera edad y a pesar de estos años no vivimos la dictadura de Marcos Pérez Giménez; sin embargo, sabemos por referencia histórica lo que significa un sistema que suprime libertades y acaba con las esperanzas, creando un futuro incierto y desigualdades sociales. Los venezolanos durante 40 años, vimos pasar 8 presidentes democráticos, unos más progresistas que otros; pero todos respetuosos de las libertades democráticas y los preceptos constitucionales, donde Venezuela le dio al mundo una lección acerca del ejemplar uso y respeto de los principios que rigen a una sociedad moderna, liberal y progresista.
Fueron 40 años, donde el venezolano nunca se sintió segregado o con diferencias raciales de ningún tipo, donde el blanco era negro y el negro catire y el pobre nada envidiaba al rico porque entendía que cada quien adquiría sus beneficios de acuerdo a su preparación y esfuerzo, entendíamos que otros más favorecidos nacían en cuna de oro; pero era su espacio y no teníamos por qué criticar o envidiar su estatus, nada que la sociedad plural no entendiera, como algo normal en una sociedad regida por la competitividad sana y el reconocimiento del otro no fuera una norma para que todo funcionara de manera normal dentro de lo que cabe en una sociedad hibrida, llena de variedades y corrientes ideológicas, de pensamiento universal. Así eran nuestros más grandes artistas, humanos, sencillos y muy humanitarios, entendiendo que ellos en su estatus también eran de nuestra tierra.
¿En qué momento se le ocurre a alguien exacerbar estas diferencias y en quiénes se logró sembrar el odio estableciendo diferencias?; que solo existían en mentes cargadas de odio, pues no habían podido deslastrarse de sus temores debilidades y limitaciones, aprovechando los fracasos políticos de una clase de dirigentes que no entendieron que el país estaba siendo saqueado y comprometido en sus intereses económicos, pero que aún conservaba mentes capaces de reaccionar, pero que ya era tarde. Pues habían tomado fuerza en la sociedad, aún débil y demasiado confiada, desembocando en un exacerbado culto a la personalidad, siendo aprovechada por aquellos que no perdonan sus fracasos personales y así aprovechando el descontento social, que hoy reflexiona y busca volver al punto de quiebre y de donde se espera que los nuevos dirigentes no cometan los mismos errores. Y es por eso que el 28 debe ser para los venezolanos el punto de partida para recuperar el país, tomando como reflexión en estos últimos años de equivocaciones políticas. Y esto es responsabilidad de todos los venezolanos, los que estamos inscritos para ejercer el derecho al voto, madrugando al centro de votación correspondiente y aquellos que por cualquier circunstancia no lo hicieron, también acudir como apoyo y colaboración en éste momento en que la patria nos llama a todos.
