Por José Gregorio Torres

Para los entendidos en materia de esoterismo, magia, religión y todo lo que tiene que ver con la espiritualidad y creencias del ser humano y las que son inevitables para entender de manera sencilla el significado que tiene cualquier objeto o símbolo con el cual el hombre se identifica desde muchos años atrás, pasando por los primeros jeroglíficos, petroglifos y pinturas rupestres, que el hombre utilizó para comunicarse y para dejar al paso de su vida terrenal como muestra de su existencia y de allí el paso a la inmortalidad, condición a la que finalmente todo ser humano quiere aspirar y que es justo, aun si su aporte es para bien o para mal de la humanidad, hechos que al final son necesarios para mantener viva nuestra historia.

El personaje que hoy nos ocupa, tiene como referente que lo antecede, infinidades de historias, en todas ellas se mezcla la fe, la rebeldía, el inconformismo, la cultura, la educación e independencia de criterio, pero nada de esto ignorando el sentido de la lógica, para algunos tal vez sea insignificante el tema, pero para muchos otros tiene que ver con la fe y con ese deseo de cambio que puede significar el desafío que hoy ha asumido en la historia de Carache, nuestro apreciado Rafael Isidro Sáez, pues ha decidido hacerse solidario y práctico con los que entendemos lo que significa, colocar de manera inversa todo símbolo que pasa a ser influencia en el devenir de un pueblo. En este caso, la estrella de Belén, la cual, por razones posiblemente erróneas o circunstanciales, fue colocada en la cúpula de una de las torres, con la punta inversa o sea al revés.

Este desafío que no solo conlleva tener que subir y bajar la Torre del Reloj del Templo con la destreza de un escalador, pero también  haciendo y estudiando la estrategia para lograr el fin, un desafío que lo impulsan seguramente sus antepasados masones, y que tiene también la importancia de nuestras creencias, pues colocar una estrella inversa es como colocar una cruz de igual manera, no podríamos decir que las cosas funcionan bien, posiblemente muchos criticaron el hecho por cuanto se altera un patrimonio que durante más de sesenta años, según el pensar de Isidro, obligó a un pueblo a padecer en algunos casos, los rigores del atraso y de la mala suerte dirían otros y que en medio de la superstición y la magia, no deja de tener su realidad e importancia, lo cierto es que Carache, tendrá de nuevo su estrella de belén que como en la política también permitirá decir un antes y un después del 28. Gracias a Rafael Isidro Sáez, heredero del desafío de quienes le precedieron, entre los que se pueden nombrar, sus parientes lejanos: Nemesio Sáez, Ramón Ponce, Luis Sáez, Minumboc, entre otros influyentes personajes de quienes provienen sus genes y con ellos sus ideas y sus desafíos y que le han inspirado seguramente para otorgarle para bien de Carache, una nueva estrella.

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