Por Ing. Carlos Lozada
La gran mayoría de las empresas encuestadoras del país señalan en sus números una ventaja importante del candidato de la unidad, Edmundo González, para ganarle a Nicolás Maduro en las elecciones del próximo 28 de julio. Estas cifras se hacen evidentes en la calle, como lo demuestra la extraordinaria gira de María Corina Machado por el estado Trujillo, otrora feudo del PSUV, demostrado con avasallantes triunfos ante los factores democráticos. La campaña es totalmente atípica, con características que, en mi opinión personal, no tienen antecedentes en la historia latinoamericana y quizás mundial. Ante este panorama, necesitamos organizar una política que nos permita buscar de manera sistemática un mejor destino, sin pensar que haya hombres milagrosos que transformen el país de la noche a la mañana. Estar conscientes de esta realidad implica que la unidad electoral debe ampliarse y fortalecerse durante el próximo proceso histórico de transición.
Quizás mis lectores señalen que me estoy adelantando con demasiado optimismo. Pero la realidad es palpable, solo un arrebato propio del autoritarismo nos alejaría del triunfo. Es por ello que es crucial formar testigos electorales que garanticen la vigilancia y cuidado del caudal de votos, ya que en ese compromiso se juega el futuro de las próximas generaciones de venezolanos.
Es importante recordar que la participación ciudadana es fundamental para garantizar un proceso electoral transparente y justo, permitiendo así el avance hacia un futuro más próspero y democrático para el país.
