Por José Gregorio Torres 

Nadie podía imaginarse que al nacer Sandra Paola, el 21 de agosto de 2003, su destino estaba marcado para dejar, no solo en sus familiares una profunda estela de amor, un cúmulo de afectos y más aún el ejemplo de fortaleza y fe que en una joven adolescente de tan solo 16 años, pudo manifestarse soportando una enfermedad que en poco más de tres años, la llevo a despedirse de vecinos amigos y familiares, una historia que no debe olvidarse, pues de ser una niña hermosa cariñosa, alegre y talentosa, paso a formar parte de las estadísticas más increíbles con una enfermedad poco conocida y que le llevo en de tres años de difícil padecimiento, a dejar definitivamente este mundo.

Hace cuatro años aproximadamente, la Joven Sandra Paola fue causa de una enfermedad crónica, ósea y degenerativa, que en su proceso, estamos seguro fue motivo de un milagro, porque si bien no logro superar este mal, quienes la acompañamos de cerca en su padecimiento sabemos que Dios siempre estuvo a su lado, con ella y para ella, desde el mismo momento en que su cuerpo debio enfrentar en plena adolescencia tan dolorosa pasión y la que a pesar de lo difícil para su familia y en especial para su madre, supo como el buen Job, soportar su dolor, dando gracias a Dios por ello cada día, sin desdeñar en lo absoluto, tal cual como una santa lo hace, así recuerdo a Sandra Paola, en se ultima visita a Carache, cuando milagrosamente logro levantarse de su lecho de muerte en que se encontraba y acceder a mi entrevista, la recuerdo siempre dando gracias a Dios y a Jose Gregorio Hernández, fue una oportunidad para un milagro que Dios le hizo en vida. Pues a ella se le concedió milagrosamente lo que tanto pedía, regresar a su pueblo para recibir su título de bachiller y despedirse por última vez de sus amigos y de su pueblo Carache.

Así fue la historia de esta niña que nació para hacer felices a familiares amigos y conocidos, haberla conocido fue algo que nos enorgullece y que nos da motivo para hablar de su paso por este mundo como lo que fue, una mártir del mal que le corto su futuro, pero que nos deja a su vez una imagen y un ejemplo de fortaleza, de lucha y de agradecimiento a Dios por el soplo de vida recibido y que aún consciente de tanto sufrimiento, no le permitió, en ningún momento rendirse o renegar de su padecimiento, solo agradecer a quienes le acompañaron en ese difícil trance que tuvo que padecer por tres largos años de su adolescencia, hoy a un año de su triste despedida hemos querido recordar esos días difíciles para trasmitir en nombre de Sandra Paola y familiares, esperanza y fortaleza a quienes hoy puedan en el mundo estar padeciendo una enfermedad como ella, para que cómo está joven martir, busquen refugio en la fé, en Dios y en José Gregorio Hernández, porque Sandra Paola, vivirá siempre en nuestros Corazones en nuestro recuerdo, pues en ella se cumple la palabra de que no muere quien cree en Jesús, sino que por su fe vive eternamente. Paz para el alma de nuestra querida y recordada Sandra Paola Raga Serrano.

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