Por Javier Lugo
jlugo@caracheonline.com
La cultura es el principal elemento de cualquier sociedad, elementos que desde nuestros primeros días de nacidos justamente vamos aprendiendo y haciendo parte de nuestra cultura, las tradiciones y formas de hacer las cosas que hemos aprendido de nuestros abuelos, padres, tíos, familiares y por supuesto de la sociedad en la cual nos desarrollamos, esto es algo que tiene muy presente nuestra querida amiga Marisol Benítez, una carachera que desde muy joven aprendió los oficios y técnicas de la gastronomía local que le fueron cariñosamente transmitidos por su querida abuela Balbina de Benítez, y que hoy son parte de su maestría para elaborar unas deliciosas hallacas caracheras con las cuales deleita los paladares de la ciudad capital Caracas, ciudad en la cual reside desde hace más de 26 años.
Marisol Benítez, en conversación telefónica que mantuvimos con ella, nos comenta la importancia que tuvo su abuela para enseñarle y transmitirle todos estos conocimientos que hoy le permiten elaborar majestuosamente unas hallacas que ha convertido en un emprendimiento para esta época navideña.
“Yo comencé hacer hallacas a los 14 años, yo aprendí desde muy niña con mi abuelita, mi abuelita era una excelente cocinera, Balbina de Benítez se llamaba, es la mujer de la cual aprendí muchas cosas entre ellas cocinar, yo básicamente la ayudaba, pero a los 14 años yo entendí que ella ya no podía y que necesitaba delegar, pero no sabía si yo cocinaba o no, yo le dije yo las hago, cómpreme todo que yo las hago y ahí comenzó la tradición familiar” expresó.
Marisol nos comenta que dejo de hacer hallacas solo para la familia a raíz de la situación del país, es así que decide emprender realizando hallacas al estilo de su tierra Carache, como una forma para generar más ingresos de los que ya percibía y paliar la difícil situación que atravesaba y que atraviesa el país.
“Cuando estás trabaja que trabaja en una oficina y te das cuenta que tienes que hacer algo más (…) yo dije: voy a hacer unas hallacas a ver qué tal me va, pues porque como a la gente le gustaban y a mi familia le gustaban mucho, decidí probar”, manifestó.
En su emprendimiento, Marisol nos comenta que la primera vez que realizó hallacas para la venta lo hizo para probar que tal le resultaba, ya que como todos conocemos, la hallaca tiene sus particularidades en cada región, y la caraqueña es diferente a la andina que ella estaba elaborando.
“Aquí hay una manera de hacer hallacas muy diferente, es como más dulce, tiene otros ingredientes como el pollo, el papelón, el vino, incluso tocino (…) yo terminé haciendo con los años un híbrido entre hallaca caraqueña y hallaca carachera, ¿que integre yo de cada una? De la hallaca carachera que me gusta mucho, el toque de papa, el toque de zanahoria que lleva esa, los garbanzos, le integre el pollo que es muy caraqueño y le integre el vino, nunca he hecho una hallaca caraqueña porque necesito sentir el sabor trujillano, el sabor carachero, aquí hay muchas hallacas, se venden muchísimas de todo tipo porque es que hay venezolanos de oriente, de occidente de todos lados y cada uno le pone su toque, entonces que dije yo voy a tratar de comercializar una hallaca que sea muy andina con el toque del pollo, a mi particularmente me gusta y es como un ingrediente nuevo porque en Carache no se estila ponerle pollo” estableció.
Las hallacas de Marisol, han tenido muy buena receptividad en la capital, ella nos comenta que solo es cuestión de que la gente las pruebe, que son hallacas de buen tamaño y sobre todo nos dice “es una hallaca hecha con mucho cariño, con mucha mística” y con un sabor espectacular garantizado, algo que les certifica quien escribe esta nota y quien ha tenido la dicha de degustarlas infinidad de veces, años atrás cuando venían por estas tierras andinas en las temporadas decembrinas. Es lamentable que la situación país nos haya robado estos momentos.
Marisol nos comenta que el radio de acción de su emprendimiento es en la comunidad en donde reside, por lo cual lo considera un emprendimiento pequeño, ya que sus clientes son vecinos de los grupos de los cuales forma parte dentro de la comunidad de El Valle, amigos y paisanos que le conocen de toda la vida y algunos compañeros de trabajo quienes también disfrutan de comerse una buena hallaca andina carachera en esta temporada.
Con relación a la venta, Marisol nos comentó que en Caracas, existen diferentes precios para las hallacas que van desde las de $1 que se pueden conseguir en la calle con ingredientes y guiso muy limitado, hasta las que puedes conseguir en sitios exclusivos que pueden llegar a costar hasta $7 o más. En mi caso nos dice nuestra entrevistada yo me ubico en el punto intermedio “como mi idea es compartir y beneficiarse un poco en diciembre también indudablemente, no es la más costosa y tiene un precio intermedio de $3, podría decir que es un excelente precio porque son hallacas de muy buen tamaño, con suficiente guiso, bien estructurada, bien presentada y de excelente calidad”, manifestó.
Para finalizar, Marisol nos comenta que también se encuentra disponible para atender pedidos de cualquier sector de Caracas, y que incluso puede complacer los gustos de las personas, por supuesto siempre partiendo de una hallaca andina.
“Yo hago hallacas a gusto del cliente, partiendo de que son hallacas andinas porque eso es algo que yo no cambio, pero si alguna persona no le gusta el garbanzo, no le ponemos garbanzo (…) o si le agregas algo más como por ejemplo tocino yo se lo pongo, también le he vendido hallacas a personas árabes y personas judías que no comen cerdo porque está vetado para ellos comerlo, entonces no se le pone cerdo, creo que ese ha sido el éxito de mis hallacas aparte de la sazón” finalizó.
Con estas palabras concluimos esta nota-entrevista que de verdad fue muy grata y que sabemos nos llenará de orgullo a todos nosotros los caracheros y los andinos, al saber que nuestra cultura, tradiciones y sobre todo las enseñanzas de nuestros antepasados siguen vivas sin importar en donde nos encontremos. Mil gracias, Marisol Benítez, y espero volver a disfrutar de tu presencia y de tus hallacas en Carache en un futuro próximo.